Cattleya bowringiana
Esta especie simpodial, epifita, muy raramente rupícola, es de buen porte, con pseudobulbos alargados con dos o eventualmente tres hojas elipsoides, coriáceas, oriunda de Centro América desde México, hasta Honduras.
La inflorescencia es apical de buen tamaño de 15 a 20 cm. de longitud, con varias flores de buen color y muy decorativas de 6 a 8 cm. de diámetro.
Se podría pensar que por sus orígenes, sería difícil cultivarla al aire libre en nuestro clima templado-frio de Buenos aires, pero no es así, no debemos olvidar que suele vivir en alturas superiores a los 1000 msnm., lo que hace que la temperatura durante el día sea bastante menor que al nivel del mar, y en las noches es todavía más baja, con alto porcentaje de humedad, debido a las densas nieblas nocturnas que bañan estas alturas.
En la foto de la planta se puede ver cómo ha crecido mucho, sobre todo en estos últimos periodos, a tal punto que nació un nuevo brote con vara flora como se ve, de los costados de la cesta de madera que la contiene, saliendo entre el espacio de dos varillas laterales, y por debajo de la superficie del medio de cultivo. Suele en poco tiempo formar grandes matas.
Cattleya skinneri
Esta especie es muy similar a la anterior, es simpodial y epifita, raras veces rupícola, habitando en Centro América, desde México hasta Honduras, y es la flor nacional de Costa Rica.
Figuraba también en las floras de Colombia, Venezuela y Trinidad, pero finalmente se comprobó que se trata de otra especie, (C. patinii ó C. deckeri) que es muy similar, pero con diferencias marcadas en la forma del labelo, y en la época de floración.
Posee pseudobulbos alargados, fusiformes, bien desarrollados, generalmente con dos hojas, inflorescencia apical, con varias flores de buen color y tamaño, y se desarrolla muy bien en nuestro clima al aire libre.
Suele compartir el habitat natural con la anterior especie, aunque a veces con diferencias de altura sobre el nivel del mar.
En la foto abajo a la derecha se muestra la planta antes de la floración, dado que llego a mis manos con una sola guía, hoy tiene tres guías de crecimiento, con trece (13) pseudobulbos, dos de ellos sin hojas, lo que permite como la anterior especie hacer grandes matas en pocos años con sus varas florales.
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